Los Beatniks graban en 1966 el primer disco del rock
nacional: Rebelde |
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Almendra ´79 La apertura del espectáculo correspondió a Ana no duerme uno de los temas mas fuertes del primer álbum. La nueva forma que esta canción adquirió marcó las pautas de como iba a ser el nuevo sonido de Almendra. Todos los temas recibieron un tratamiento renovador, no sobre la base de nuevos arreglos sino en la manera de ser tocados. Allí es donde se notó mas el tiempo transcurrido y las experiencias aprehendidas por cada uno de los músicos. Este Almendra sonó moderno, desde una base rítmica ajustada llena de swing y sin desbordes, hasta el sonido extraterreno de la guitarra de Edelmiro Molinari (equipada con sintetizador). Ana no duerme se transformó en un tema denso, cargado de cadencias de rock metálico y con una buena vocalización de Spinetta. El número siguiente marcó un reencuentro aún mas directo con la nostalgia: Tema de Pototo. Y aquí apareció uno de las primeras constantes: Almendra demostró haber asimilado el tiempo y saberlo volcar en forma de nueva sangre para los viejos temas pero en ningún momento transuntó lo mismo en las nuevas canciones. Todo el hielo en la ciudad tambien pertenece a las primeras grabaciones que Almendra hizo a fines de los sesenta. Son perfectos ejemplos de cristalinas canciones pop, con una inocencia cargada de mensajes sociales. La voz de Spinetta rescató intacto el espíritu de esas letras, correctamente apoyado por los coros de sus compañeros. De aquella época memorable tambien volvió Final, una composición hermosa que resultó uno de los momentos mas logrados de la noche, combinando la dulce melodía con las armonías vocales mas acertadas del concierto. La riqueza y el lirismo de esta canción hicieron sacudir a una audiencia que supo reconocer aún los temas mas viejos. Figuración, del primer álbum, presentó a Del Guercio en flauta y a Molinari en bajo. Otra canción de atmósfera creciente con una estupenda vocalización de Spinetta, que volvió a destacarse en Fermín. El clima del tema fue reforzado por los coros y una perfecta instrumentación, particularmente por el trabajo de Molinari en guitarra. Este nuevo Almendra tiene la virtud de saber crear los climas adecuados en cada canción, especialmente por el seductor liderazgo escénico que ejerce Spinetta y las adecuadas interpretaciones de sus compañeros. Plegaria para un niño dormido marcó otro de los momentos culminantes de cada noche. El comienzo fue suave, con el aporte de xilofón de Rodolfo García y un solo cargado de sentimiento de Spinetta. Su voz, que acusa el paso del tiempo, perdió algo de su condición natural, que ahora fue reemplazada por un mayor dominio técnico. Vamos a ajustar las cuentas al cielo fue uno de los temas nuevos. Musicalmente no presentó ninguna novedad; es un acelerado riff de jazz rock y un solo de igual rapidez a cargo de Molinari, que en esta ocasión mostró una técnica para el acumulamiento de notas. A estos hombres tristes fue el regreso al pasado y a una música que dificilmente ahora se pueda igualar, al menos tomando en cuenta las canciones nuevas escuchadas. Es una brillante conjunción de rock y música de neto corte porteño, a la que la poesía surrealista de Spinetta le agregó un matiz inconfundible. En el otro momento en que Emilio abandonó el bajo, lo hizo para interpretar su tema aún sin título (NdeT: Cambiandome el futuro). Acompañándose con guitarra acústica y las eléctricas de spinetta y Molinari, creó una atmósfera etérea, subrayada por el vibrato de la Fender de Molinari en una de sus mejores intervenciones. Apenas un par de canciones fueron extraídas de su segundo álbum (doble) que Almendra grabó poco antes de su disolución. Una de ellas fue el número fuerte de la noche, colocada en un momento justo: Mestizo, compuesta por Edelmiro Molinari. La canción original se convirtió en un riff funky ajustado y caliente. La sobria y monolítica rítmica Del Guercio-García aportó toda su poderosa vibración al tema. Hubo de todo en Mestizo: un excitante solo de Molinari, un ardoroso contrapunto de Spinetta, sabrosos pasos de baile, y un contundente solo de Rodolfo García. Fue uno de los momentos culminantes del show: el nuevo arreglo, las cadencias de guitarra, hicieron de este Mestizo una canción totalmente diferente. Cuando Spinetta dejó su guitarra eléctrica y la cambió por la acústica, la multitud adivinó Muchacha. Esta canción, que ya es un himno de una generación, supera cualquier crítica. La tocaron devotamente, con la mayor pulcritud posible, aunque las vocalizaciones no fueron tan perfectas como en Final. Se puede decir, en su descargo que fue el número final de un esforzado concierto. La última repetición fue el último simple que Almendra grabó antes de separarse: Hermano perro. Paradójicamente, en estos tiempos en que la música de los ochenta asoma con gusto a limpieza, Almendra recreó un tema totalmente nueva ola. Hermano perro, tocado por esta formación es una canción moderna con una letra decididamente punk. El adiós final fue Rutas argentinas, un rock and roll del segundo álbum. El tema comenzó con una ardorosa introducción vocal que dio paso a un riff pesado, enmarcado por la sólida rítmica y un solo de Molinari que recordó sus mejores épocas de blues. Muchos se seguirán preguntando por las canciones del segundo LP del grupo: un importante espectro de temas que fueron inexplicablemente desechados. Cuál será el resultado? Un disco? Una película? O el nacimiento de una necesidad de presentaciones cíclicas?
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Los discos de la década según Pelo: Almendra La trascendencia de este álbum se basa en el descubrimiento que significó en 1969 cuando apareció la poesía de Luis Alberto Spinetta ya que el proyecto musical de Almendra sintetizaba jazz, rock y música ciudadana. El nivel instrumental de los músicos, preocupados por los arreglos vocales, respaldó el álbum debut de un grupo que nació importante. Este fue el segundo disco en el que el bandoneón (Rodolfo Mederos) apareció en la música popular y el primero en que una sección de cuerdas (dirigida por Rodolfo Alchourron) sostenía una simple canción (Laura va) La Biblia León Gieco Vida Artaud David Lebon Aquelarre
Opiniones del público sobre una actuación de Plus en Santa Fé en 1977 (publicado en revista Pelo) "A mi el grupo no me gustó porque vine a escuchar música y lo que hacen ellos es puro ruido; sin embargo creo que el guitarrista es excelente" "Este grupo es fabuloso, yo nunca vi nada igual en Argentina; la coordinación musical y la energía que emite es única" "Me gustó muchísimo por la fuerza que tiene. El guitarrista y el baterista me parecieron estupendos" "Me sorprendió sobremanera, no esperaba este tipo de música tan caliente pero no estoy tan seguro de que me haya gustado" "Ese baterista es una cosa de locos, le pega que es una barbaridad" "En general no se si me gustó Plus, pero lo que me llamó la atención es el sonido que le imprime al bajo, no se como se llama el tipo, pero es muy bueno" En el 76 las encuestas de revista Pelo indicaban Alas 2do. mejor grupo de la Argentina y 2do grupo revelación. Rinaldo Rafanelli (Polifemo) mejor bajista; Gustavo Moretto (Alas) mejor tecladista. Carlos Riganti (Alas) 2do mejor baterista. Tema del año: Aire (surgente), el primer simple del grupo Alas.
En 1980, Pelo publicaba una encuesta realizada entre un par de músicos y tres productores, sobre el rock en los 70. Esto se publicó: Ricardo Soulé: "Lo primero que se me ocurre de estos diez años son los recitales que se hacían los domingos por la mañana en los teatros Coliseo y Opera. Esos fueron los primeros recitales masivos ante mil o dos mil personas. Después recuerdo el primer Luna Park multitudinario con Almendra, Manal, Los Gatos, Vox Dei, y Engranaje. El Festival Pinap, de donde derivó Pelo. Lo mas reciente es como funesto y caótico. El rock sufrió golpes casi mortales con la música disco, el travoltismo (John Travolta bailando en la película Fiebre del Sábado por la noche) y el manejo empresarial, dentro del cual incluyo tambien a las grabadoras. Los disc-jockeys, las compañías discográficas y la gente que maneja el show-business son los gérmenes patógenos. Pero el rock no va a morir o desaparecer a pesar de que lo intentan aplastar y enmudecer con la cantidad de música extranjera que se difunde por las radios.
José Luis "Conejo", manager: Recuerdo que una vez entré a la casa de Javier Martínez y por los nervios rompí un jarrón. El me dijo tranquilamente: "eso no importa, esas cosas fueron hechas para mirarlas hasta que se rompen" Daniel Grinbank ( llamado el "zar del rock", representante alguna vez, hoy propietario de la emisora radial Rock and Pop): El rock nacional es junto al tango, el mayor movimiento nacional surgido en Buenos Aires en el último siglo. Seleste (recital de David
Lebon y su grupo, cubierto por Pelo 1977) Aucán (Pelo 1977) Ultimo concierto de
Aquelarre (Pelo 1977) Encuesta Pelo: Rodolfo Haerle: Astor Piazzolla en bandoneón, Rodolfo Alchourron en guitarra, Osvaldo López en batería, Adalberto Cevasco en bajo. Luis Alberto Spinetta: John Lennon, Pajarito Zaguri y Tommy Gubitsch en guitarra, Machi en bajo; Pomo en batería. (NdeT: incluye a sus, por aquel entonces, compañeros de Invisible, y por otro lado a un semidios como Lennon y a un argentino olvidado por muchos lo cual lo pone a Pajarito en un lugar elevado) Alejandro De Michele: Luis Alberto Spinetta en guitarra, Chick Corea en teclados, Davis Crosby y Paul Simon en composición. Tommy Gubitsch (guitarrista de Invisible): Carlos Santana en guitarra, Jean Luc Ponty en violín, Chick Corea en teclados. Gustavo Santaolalla: Los integrantes de Soluna; Charlie García en teclados; Tommy Gubitsch en guitarra. Litto Nebbia: Hugo Fatorusso y Keith Jarret en piano, Keith Jarret en saxo, J. Dehonette en batería.
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Pipo Lernoud y un grupo de amigos llegan de Europa con una novedad mística: las enseñanzas del gurú Maharaj-Ji y su Misión de la Luz Divina. Un templo que funciona en la calle Tucumán al 2800. Pelo: LA
revista de la década
Muy entrando en los 70 aparecieron otras publicaciones como Expreso Imaginario, Estornudo, Roll, Hurra, etc., y algún sector comenzó a llamar a Pelo "la radiolandia del rock" según se decía, albergaba en sus víceras todo tipo de transas e intereses económicos, con una dosis , además, de superficialidad y dudosa honestidad. Lo cierto es que leída hoy, a la distancia, uno puede encontrarse con un periodismo de alto nivel, notas superoriginales, que desentrañan al artista, un periodismo a veces comparativo (era muy común comparar la opinión de varios músicos sobre un tema específico, a veces sacado de la galera), investigaciones exhaustivas de los conciertos que realizabas grupos extranjeros, con infografías que hasta te decían la marca del "pedalcito que hacía tal efecto en la guitarra en tal tema" o la cantidad exacta de parlantes que utilizaba la banda en cuestión en sus shows del Luna Park.
Una de sus secciones era la de discos, con inteligentes críticas, en las que no dudaban en darle con un palo a los mismos artistas que entrevistaban en el mismo ejemplar, o a los discos que se publicitaban a lo largo de sus páginas. Las criticas por otra parte siempre terminaban refiriéndose al arte de tapa. Un poco distinto es ahora, donde se habla casi exclusivamente de la cantidad de placas vendidas y se cuida mucho la lengua antes de hablar.
Sección Discos de la revista Pelo (Pelo, 1977) Así, por ejemplo, se decía: León Gieco "El
fantasma de Canterville" Areoblus (Cabe destacar que esta crítica al disco de Aeroblus, está publicada una página después de un reportaje a Pappo) Los Jaivas "Canción
del Sur" Mirtha Defilpo (Pelo 1977) Canciones
para peredores Orion´s Beethoven (Pelo 1977) Tercer
Milenio
Lo del año 76 - Disco mejor presentado. García y La Máquina de hacer pájaros. Otro aporte brillante del talento de Gatti, esta vez ayudado por las imágenes de la historieta de Crist. La idea del álbum compuesto por dos fundas se inició con La Biblia y continúo con el primer long play de Crucis. - Lo peor del año. Que haya que soportar a los "paracaidistas" que se arriman al asunto cantando "cada día somos más" cuando en realidad deberían decir "cada día esto deja más". Y además de que se lleven el dinero, hay que aguantar las gansadas que dicen. - Discrepancia del año. Invisible. Porque lo que empezó como una simple rencilla fue haciéndose una cosa más y más seria, hasta llegar a trascender todos los círculos de prensa y producción del rock. Aunque aún no se informó oficialmente, la separación parece irreversible. - Incendio del año. Jorge Marrero. Porque a nadie, ni siquiera a los que piensan como él, se le hubiera ocurrido hacer las declaraciones que hizo a la revista "La Nación" en la que los músicos aparecen como idiotas delirantes llevados de la mano de sus representantes. Q.E.P.D. (según él fue una mala interpretación del entrevistador). - Desaparición del año. Polifemo. Luego de haber tenido una profusa campaña de difusión, y luego del estruendoso fracaso del Luna Park, Polifemo desapareció de la escena. Estarían preparándose para volver en 1977. - Compañía del año. EMI Odeón. Porque se decidió a tener un departamente de rock en serio y lo consiguió "progresivamente". Porque sus ediciones han sido inteligentes y bien trabajadas, porque su material internacional se edita con velocidad y coherencia.- Puberes del año. Los músicos que estan siempre encima de los críticos, adulándolos y sobándoles el lomo rastreramente, cuando éstos lo único que hacen es cumplir con su misión: informar. En cambio, cada vez que se les hace una crítica de algún aspecto negativo, patalean, insultan, agreden, lloran y siempre terminan disculpándose. - Periodista del año. Miguel Grinberg. Porque con sus notas, comentarios y sobre todo, informaciones desde el diario La Opinión de Buenos Aires contribuye a esclarecer misterios y prejuicios sobre el rock a un público que no es precisamente devoto de esas manifestaciones. Además, porque su justeza aporta a la crítica musical de lo progreivo madurez y una elipsis optimista del futuro. - Regresado silencioso. Anibal Gruart. El manager de Almendra en su época de oro, después de varios periplos por América regresó a Buenos Aires con el vehemente deseo de volver al rock e imponer un nuevo concepto integral en cuanto a "managerismo". - Estudioso del año. Claudio Gabis. Porque viajó a Boston para hacer un curso de tres meses y se quedó todo el año entrenándose en la teoría musical a gran nivel. - La frase del año. Astor Piazzola. Dicha por Piazzola el 14 de diciembre de 1976 en el programa de Mirtha Legrand "Yo amo a los músicos de rock, lo que hacen Alas, Spinetta, Crucis, Charly García y otros. Porque ningun chico hoy se pone a estudiar el piano o el violín para ser un músico de tango; en cambio lo hacen para tocar música progresiva. Recuerden esta fecha que marca los albores de la nueva música popular argentina, que será posible gracias a todos ellos, sin los cuales morirá irremisiblemente"Revista Pelo 12/76 |
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